El Castañar de Santa María del Tiétar, ubicado en el Valle del Tiétar y dentro del límite sur de la provincia de Ávila, representa uno de los ecosistemas de castaño mejor conservados de la zona, con la ventaja de no ser tan transitado como otros más conocidos como son los de Casillas, El Tiemblo o incluso el de Piedralaves.
Lo visité en el mes de noviembre de 2025, cuando el paisaje adquiere la tonalidad propia del otoño avanzado: ocres intensos, marrones profundos, amarillos apagados y hojas secas (y castañas) que cubren completamente los senderos. El entorno se caracteriza por un ambiente fresco y húmedo, especialmente por la mañana, lo que contribuye a reforzar el carácter estacional del bosque.
Índice
Castañar de Santa María del Tiétar (Ávila)



| 7’64 KM | 2H | Baja/Media | 273 M. | > 5 años | Sí | No | No |
Santa María del Tiétar
Parking
Para realizar esta ruta se puede estacionar el coche en cualquiera de las calles del pueblo, ya que este es pequeño y enseguida se llega callejeando al comienzo de la ruta.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Edificio de estilo románico (siglos XII-XIII) que, con una estructura de nave única y torre de piedra, refleja el diseño rural típico de la zona:

Ayuntamiento
Construcción de carácter contemporáneo (segunda mitad del siglo XX) con funcionalidad administrativa, cuyos muros muestran un contraste entre la arquitectura tradicional del municipio y la modernización institucional:

Ruta de los Molinos
Recorre los vestigios de antiguos molinos harineros datados entre los siglos XIX y XX, ofreciendo un itinerario donde se combinan patrimonio etnográfico y paisaje natural a lo largo del arroyo de la Garganta del Pajarero:





Embalse de El Pajarero
El Embalse de El Pajarero, situado a escasa distancia del núcleo urbano, constituye un punto de observación natural del valle. Sus orillas, rodeadas de robles y castaños, reflejan en noviembre los tonos característicos del otoño:


Canto de la Mora
El Canto de la Mora es una formación rocosa que destaca por su posición elevada, ofreciendo una panorámica abierta del valle del Tiétar. Desde este punto se pueden identificar claramente las masas forestales, entre ellas los castañares, así como las laderas que descienden hacia el embalse:


Castañar de Santa María del Tiétar
El Castañar de Santa María del Tiétar es el principal referente natural del municipio y uno de los espacios más representativos del valle. Durante noviembre, el bosque alcanza su momento más característico del año: las copas se transforman en una mezcla uniforme de ocres, amarillos y marrones, y el suelo queda cubierto por una capa continua de hojas que acompaña cada paso con un sonido suave y reconocible:



Ambiente y sensaciones del entorno
La atmósfera del castañar en otoño transmite una sensación de calma difícil de encontrar en otros momentos del año. El aire fresco, la humedad matinal y la luz filtrada entre las ramas generan un ambiente que invita de forma natural a ralentizar el ritmo y recorrer el bosque sin prisa.
A pesar de mantener un tono sobrio y natural, el paisaje resulta especialmente acogedor, con árboles de gran porte que crean la impresión de estar avanzando por un espacio protegido y estable:



Evolución del follaje
En esta época, los castaños completan la caída de la hoja.
- Las hojas amarillas aportan claridad al entorno.

- Los ocres dominan las zonas más sombreadas del bosque.

- Los marrones se concentran en el suelo, donde se acumulan formando una textura blanda y homogénea.

Este conjunto cromático hace que el visitante perciba una armonía visual constante, incluso en jornadas nubladas.
Las castañas y su presencia en el bosque
El ciclo natural del fruto es muy evidente en noviembre. Los caminos aparecen salpicados de erizos abiertos, que dejan ver las castañas maduras en su interior. Su presencia, tanto en las ramas bajas como en el suelo, añade un elemento distintivo al paisaje y recuerda que este entorno ha tenido históricamente un valor ligado al aprovechamiento del castaño:


Senderos y recorrido
Los caminos del castañar son amplios, accesibles y de pendientes moderadas, lo que permite disfrutar del entorno sin esfuerzo. El visitante puede recorrerlos de manera tranquila, deteniéndose en aquellos puntos donde el cambio de color o la disposición del arbolado crean una escena especialmente agradable. Es un bosque mágico y que encontré poco transitado, al ser menos conocido que otros castañares más populares. Había rincones que parecían sacados de un cuento, como si el lobo o caperucita roja fueran a aparecer detrás de algún árbol:



Valor del entorno
Aunque se trata de un paisaje sencillo, su capacidad para transmitir tranquilidad, continuidad y estacionalidad lo convierte en un espacio muy apreciado.
El castañar ofrece un contacto directo con la naturaleza en un momento del año en el que los sonidos se reducen, la luz se suaviza y el entorno parece entrar en una fase de recogimiento propio del inicio del invierno:


Sin duda, esta ruta fue un gran hallazgo. Me encanta esta zona de Ávila, y en cuanto pueda me acercaré a conocer el Castañar de la Angostura de Piedralaves, que tengo pendiente.
Otras rutas por la zona:
Cascadas de la Garganta de Majalobos (Sotillo de la Adrada)




